miércoles, 20 de enero de 2010

Katastrophe.

En Berlín, Alemania, eran las diez de la noche. Hank estaba a punto de disculparse, de atribuir sus palabras a la fatiga o a una pelea con su mujer. Pero si lo había, las interminables partidas continuarían, y él se hallaría aun mas en las garras de Perry.
- No es nada personal -dijo, buscando las mejores palabras-. Simplemente, no me es posible seguir así. ¿No puedes verlo desde mi punto de vista?
Perry estaba ahora intentando cerrar el pequeño tablero de ajedrez. Alzo los ojos y taladro con la mirada a Hank.
- Al menos permíteme la libertad de verlo desde el punto de vista que me apetezca. Y nada más, adiós.
Hank se removió, incómodo.
- Escucha Perry, todo esto...
- Adiós, Hank.
Hank se volvió, encogió los hombros y se dirigió hacia la escalera. Rebecca decía que un no de cuando en cuando no le hacia daño a nadie, pero en esta ocasión a él le había hecho un daño espantoso.

1 comentario:

van. dijo...

me gusta el texto señorita (L)