martes, 19 de enero de 2010

Despertar.


No iba a permitirse pensar en eso.
En aquel momento, de pie frente a la verja del cementerio en la oscuridad de la medianoche, lo que más deseaba era dar media vuelta y marchar. Pero no podía regresar, porque ella estaba en el cementerio. Lo percibía, y percibía su creciente angustia. Estaba en el cementerio y en apuros, y el tenia que encontrarla.
Necesitaba llegar hasta ella, pero estaba débil. no podía estar...débil...si tenia que ayudarla. Necesitaba...


~


Vio la luna sobre el hombro izquierdo del chico que la estaba violando. Resultaba extrañamente apropiado que fuera a ser la última cosa que viera, se dijo. el grito había quedado atrapado en su garganta, sofocado por el miedo. Y entonces algo lo levantó y lo arrojó contra una lápida. Ella rodó a un lado, sin aliento, sujetando con una mano el vestido desgarrado mientras la otra buscaba a tientas un arma.
No la necesitó. Algo se movió en la oscuridad. Era él. Pero aquel rostro de facciones elegantes estaba lívido y enfurecido, y había una luz asesina en aquellos ojos verdes. Pero ella no tuvo miedo, y corrió para abrazarle. Ahora estaba bien, y todo lo demás quedó atrás.

1 comentario:

vacunadacontralarabia dijo...

De aquellos años en los que usaba collares de pinchos y pulseras toas heavys xD, que cambio di, madre mia >.<!

me encanta la foto y le texto!