lunes, 24 de noviembre de 2008

Besos.


Besos que se funden en la oscuridad de un cielo infinito. Caricias que desaparecen bajo la arena. Playas acogedoras de corazones naufragos en busca de puertos en los que amarrar. Hurtos de sangre a las venas, de estrellas al cielo. Palpitaciones perdidas en el silencio de una noche sin luna. Camino kilométricos de maderas roídas por la humedad y el paso del tiempo. Vivir en mi propio cuento de hadas.

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