domingo, 7 de marzo de 2010

Kiss of midnight.

Los labios de el dibujaron una sonrisa forzada, como si sus dientes se hubieran hinchado demasiado dentro de su boca. Se inclino hacia ella, lentamente, e inclino la cabeza hasta que quedó muy cerca del cuello de ella. Ella oyó el rasposo sonido de la respiración de él
-y notó la caricia de ésta sobre su piel, fría primero y caliente luego-
mientras él se llenaba los pulmones con su olor y lo soltaba por los labios.
Sintió el cuello muy caliente y hubiera jurado que notaba el rápido roce de sus labios sobre la vena de su cuello, que se ensanchaba en un desacompasado pulso bajo la influencia de esa cabeza que se acercaba tan íntimamente a ella.
Oyó un gruñido muy bajo cerca de su oído y algo que parecía una maldición.
Él se alejo inmediatamente, sin mirarla a los ojos. Tampoco ofreció ninguna excusa ni ninguna disculpa por el extraño comportamiento.
-Huele usted como el jazmín- fue lo único que dijo.

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