
De una de las ramas colgaba un columpio de jardín, y en él, con los esqueléticos dedos todavia agarrando las cuerdas, se veían los huesos limpios de lo que en su dia habia sido una mujer. Moscas y otros insectos habian devorado su carne y de su celebrada belleza ya no quedaba más que un poco de piel reseca, mechas de palido cabello amarillo y las uñas de los dedos.
1 comentario:
Que goree O.o
Mola cjillas.
Te quierooo!
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