
Feliz navida. Felices fiestas.
Hoy toca fiesta.
— ¿Estás preparada, entonces? —me preguntó.
Desde el momento en que nos despertamos por la mañana hasta que nuestra cabeza se pasa sobre la almohada por la noche, nuestra vida está llena de preguntas. La mayoría son fáciles de responder y se olvidan enseguida pero otras preguntas son mucho mas difíciles de hacer porque tenemos miedo a la respuesta.





No dejes que tu fuego se extinga, chispa a chispa irreemplazables en los pantanos deshabitados de lo incompleto, del todavía no, de lo absolutamente no. No dejes que perezca el héroe que hay en tu alma, en una frustracion solitaria por la vida que merecías pero nunca has podido alcanzar. El mundo que anhelas puede conseguirse, existe, es real. No te preguntes, es posible y es tuyo.
Se supone que al crecer dejamos de ver las cosas tan grandes y de ser unos cobardes, pero cuando lo real se adueña de los sueños de memorias de pez y descubres lo suficiente para enfrentarte a espejos de miradas y de odio te azota una brisa de incertidumbre que para el tiempo sosteniendote en el momento, intrigandote el que pasara después, mientras lentamente te ahogas en el vaso de agua que tu misma llenaste echando de menos algo que nunca has tenido.
Hay instantes en la vida que es difícil aceptar el silencio de las dudas. Un solo gesto en ese momento nos puede llenar de miseria. ¿Qué puede haber más allá de las malas noticias?. ¿Qué puede haber detrás del silencio?. No lo sabremos y, pienso ahora, durante estos años he visto como todo esto ha sucedido y he querido de alguna forma sacarlo e intentar describir el poder de los recuerdos, la malicia de las reflexiones, el dolor ajeno, aunque secretamente aquel dolor me invade y me llena de duros golpes. Pero el dolor ya no es sólo mío. Y por más que una le da vueltas al asunto, termina siempre tristemente doliéndose de las mismas palabras, de los mismos hechos que no son ni más ni menos que desechos.

Nos miramos en la penumbra, buscando palabras que no existían. Aquella fue la primera vez en que me di cuenta de que sus ojos, ojos de niebla y de perdida, siempre miraban atrás. Se incorporo y deslizo las cortinas para dejar entrar la tibia luz del alba. Me levanto con sus manos frías y me abrazo, sin poder casi respirar. Algo me dijo en bajo, al oído. dos palabras para que me tranquilizara, para saber que el siempre iba a estar a mi lado..."te quiero".
¡EH!Carlos, borther, mejorate va? ^^.


Aunque cada vez que sonrías, tengas miedo a derramar una lágrima, aunque sepas que tras cada momento feliz cendra uno triste, aunque sufras por miedo a que todo se acabe, aunque pienses que te van a derrumbar...nunca tengas miedo a derramar esa lágrima, ni a ese momento triste, ni a sufrir, ni a derrumbarte, si no te arriesgas nunca ganaras, así pues, "que el miedo a fracasar no te impida intentarlo".



Porque a veces las sonrisas se esconden detrás de una mata de pelo, detrás de una pared, detrás de unos ojos ciegos o simplemente detrás de una alma rota. He vuelto a aprender a sonreír con el alma, con el corazón en la mano soltar una carcajada y aprender a reírme de las situaciones de la vida y sobre todo, de MI MISMA. Porque gracias o por culpa de mi vida me he convertido en lo que soy, una persona fuerte, perseverante, perfeccionista pero sobre todo sincera, feliz y alegre.
